Quizás cuando nuestro creador nos dió la vida y decidió el momento justo en el cual debíamos nacer, debió decirnos desde un principio que el tiempo es un arma de doble filo para los que vivimos en esta tierra. Si! de doble filo, porque algunas veces cura tus heridas mientras que otras veces solo te deja decepción y un sabor amargo en las papilas gustativas.
Yo he nacido en una época muy contemporánea (1991) pero por mucha suerte he tenido la oportunidad de conseguirme con este deporte a muy temprana edad (6 años) y aunque en ese momento no entendía la grandeza que suponía esto de patear una bola y meterla en un rectángulo elaborado de material metálico, poco a poco me daría cuenta de la satisfacción tan grande que muchas noches mágicas de Champions me brindarían o que sentir la brisa que acaricia tu rostro cuando corres al banderín del corner tras anotar un gol me llenarían de gozo. Y es que con esta corta edad que tengo me siento muy afortunado de ver a algunos jugadores pisar el terreno de juego alguna vez y siento que he sido un privilegiado como muchos por estar vivo en esta época tan maravillosa de la vida.
Recuerdo que de chico mi primer partido fue de un equipo italiano que tenía unos colores muy llamativos en su uniforme; Rojo y Negro. Con mucho cuidado vi como estos individuos trataban y acariciaban un objeto esférico que se movía por todo un campo de grama muy lindo y sin ningún desperfecto en su superficie. Era el Milán que por aquella época tenía a una figura muy grande que recuerdo perfectamente. Era el libio George Weah que tenía una técnica impresionante y me llamaba mucho la atención la cantidad de metros que recorría ese señor con sus zancadas enormes que bien podrían ser 4 pasos de los míos (decía yo en esa época).
Y como vi a este señor, vi a muchos genios jugar dentro del engramado. Quizás sea bueno recordarles a uds. cuán grandioso fueron los protagonistas de la pelota con hexágonos que nos deleitaron con su maravilloso juego; y puedo recordar a un Real Madrid que tenía una defensa muy pero muy dura con Fernando Hierro en comando, con Iván Campos (El primer tarzán que vi) o el grandísimo Manolo Sanchiz, que no por menos tenía en la línea media a Karembeu, Seedorf y a un joven Raúl que era un aniquilador del área como pocos se han visto. O tal vez te puedo recordar a una Juve con Antonio Conte de centrocampista recio, con un Angelo Di Libio por la lateral que era un "chiquitín" que corría muchísimo, con otro grande del futbol mundial como Didier Deschamps que me llamaba mucho la atención su forma de peinado, y con el mejor de todos, Zinedine Zidane el señor de la calva en medio de la cabeza que hacía jugadas extrañísimas pero bellas a la vista del ojo fanático de un niño que no conocía mucho de esto.
También te puedo recordar a un Gianfranco Zola en un Chelsea que compartía la delantera con un Noruego Rubio él, Tore Andre Flo, que era muy muy alto y dejaba buenos saltos cada vez que realizaban un centro en el área. O te puedo recordar una noche de aquellas mágicas de Champions cuando el amor de mis amores (El Manchester United) en el min. 92 anotaba un segundo gol con otro noruego (Solskjaer) junto con Beckham, Scholes, Giggs, Schmeichel, Butt, Neville y compañía, y así podían levantar por segunda vez la orejona en frente de un Mario Basler, Sami Koffour o un Stefan Efemberg que estaban desconsolados aquella noche en Barcelona.
También te puedo recordar un jovén brasileño llamado Rivaldo que en el minuto 87 de un F.C Barcelona vs C.F Valencia se posicionaba en el centro de la media luna para buscar un balón a media altura que controlaría con su pecho dándole elevación, y bajo la mirada expectante de un Santiago Cañizares con un Gaizka Mendita que observaba de reojo, verían la elevación mágica y la chilena monumental que desprendía a toda velocidad el balón que posterior a enredarse en el encordado de la malla del equipo visitante en ese momento, depositaba a todo un equipo y región en la Clasificación para la Champions League de ese mismo año.
Ay! Vaya, que viejo que me siento. Y aunque no vi jugar al Santos de Pelé o a la canarinha del 70, o al Milán de los holandeses, o al Ajax de Cruyff o al United de Best y compañía, me siento muy afortunado de haber nacido en esa época donde a mucho color (más que antes) podía detallar toda la calidad de mis jugadores favoritos. Aunque el tiempo no volverá, creo que mis nietos estarán contentos con las historias que les relataré acerca de unos tales Messi y Cristiano...
Espero que hayan viajado un poco al pasado reciente. El tiempo no se detiene porque es autosuficiente y no se deja mandar de nadie.
